¿Eres músico y sufres miedo escénico?
Tranquilo, no estás solo. El miedo escénico puede afectar a cualquier músico en cualquier momento de su carrera, independientemente de las habilidades o de la experiencia que haya obtenido. Por lo general, es consecuencia de la ansiedad social o la falta de preparación al enfrentarse a un escenario o hacia un momento de tensión.
A muchas personas no les gusta actuar frente a otros ni hacer ningún tipo de contacto visual. Esto se puede llegar a somatizar en síntomas físicos como sequedad en la boca, sudor en las manos, temblores y en ocasiones extremas vómitos. En ciertos casos de miedo escénico podemos estar hablando de un desorden de ansiedad que puede llegar a afectar hasta a los artistas más impresionantes y referentes a nivel mundial.
En otras ocasiones, el miedo escénico puede ser producto de la falta de confianza por una mala preparación. Hasta los músicos más virtuosos, los que parecen no tener que esforzarse en los pasajes musicales de gran complejidad, han tenido que ensayar durante mucho tiempo antes para poder enfrentarse a un escenario.
Cuando sufrimos los síntomas de este tipo de ansiedad, creemos que hay algo que está mal en nosotros, pero es justamente lo contrario. La respuesta de tu cuerpo a la presión es parte de la evolución del ser humano desde los años más remotos.
Puede que no sea lo que esperábamos, pero es muy normal y saludable el sentir miedo escénico en la música o en otras muchas profesiones. De hecho, deberíamos de preocuparnos si nuestro cuerpo no reaccionara de esta manera. Para tener esa presentación perfecta y estar preparado/a se necesita al menos sentir un poco de ansiedad.
Si el ser humano directamente cree que en un momento de presión ha de sentir una calma total y absoluta, puede caer en una espiral destructiva donde se fallará al intentar tranquilizarse y se generará aún más ansiedad de la que ya había anteriormente. Cuando se acepta el miedo escénico como parte del proceso de todo músico al enfrentarse al público, ¡todo cambia!. A continuación, desglosaremos algunos consejos para nuestros queridos lectores que pueden ayudar a controlar este tipo de miedo.
Consejos para superar el miedo escénico en la interpretación musical
Uno de los consejos más normales y típicos para músicos que sufren miedo escénico consiste en ensayar y prepararse mentalmente para el peor caso posible, identificando esa situación que genera el miedo o cierta ansiedad consistente.
Practica en casa
Siempre se aconseja practicar frente al espejo como si se estuviese en escena mientras se visualiza lo que podría salir mal en vivo. A medida que se crean nuevas situaciones problemáticas en la cabeza también se van creando la forma de solucionarlas. Esta simple rutina hará sentir más confianza y autoestima al saber que se ha practicado de antemano cómo resolver un escenario inesperado.
Visualízate en escena
Se ha de Visualizar también que todo sale bien, para ello podemos imaginar que estamos disfrutando en el escenario haciendo todo de la mejor manera, tocando todas las notas, conectando con el resto de músicos de la banda, orquesta o de forma solista. Las visualizaciones positivas también son de gran ayuda para superar el miedo escénico y traerán cierta calma.
Repasa lentamente las partes más complicadas
Es importante practicar muy lentamente esas secciones o pasajes que son técnicamente más complicados, ya sea por su complejidad musical o interpretativa. No es necesario la práctica a la velocidad real y mucho menos más rápido de lo que son. Recordemos que siempre hay que practicar lento para ir aumentando progresivamente la velocidad.
Conecta con la música al practicar en privado
Al conectar con la música de forma más rigurosa y privada, también se conectara con ella cuando estemos en un escenario determinado. No creas que mágicamente todo cambiará cuando estés en vivo frente a otras personas, la sensación será exactamente la misma, por este motivo siempre hemos de enfocarnos en una meta u objetivo que dará lugar a una adecuada preparación.
Piensa en lo que el público quiere
Hemos de Imaginar que estamos sentados en las butacas del público y pensar en lo que nos gustaría escuchar. Si conseguimos cambiar la perspectiva será de agrado para el público y para nosotros, porque estaremos pensando en lo mejor que podemos ofrecer, es decir, podremos dar la mejor versión de nosotros mismos y evitaremos los pensamientos negativos.
Reemplaza los pensamientos negativos
Es muy normal que con los nervios a flor de piel aparezcan pensamientos pesimistas. Pero no nos quedemos con ellos. Cada vez que lleguen, hemos de repetirnos una y otra vez: todo irá bien, sonríe. El hecho de sonreír, aunque no lo sintamos del todo, hace creer a nuestro cuerpo y mente que todo está realmente bien. También puede ayudar mirar algo gracioso que nos haga reír, hacer bromas con compañeros músicos o escribir a ese amigo que siempre nos pone de buen humor. La risa es un buen remedio contra la ansiedad.
Recuerda que no eres tan importante
El público no presta tanta atención como creemos. Como artistas tendemos a sobreestimar la cantidad de atención que los demás nos dan. Pero lo cierto es que las personas no están 100% concentradas en cada nota que tocamos. Durante la mayor parte de nuestra interpretación, sus pensamientos estarán en otra parte.
Haz una lista mental de expectativas realistas
No debemos de ser duros con nosotros mismos, no todas las presentaciones pueden ser perfectas. Al tener objetivos que no son realistas, se aumentarán los nervios exponencialmente. Estas expectativas pueden generarse de manera inconsciente. Al meditar un momento, nuestro cuerpo puede preguntarse, qué es lo que queremos y qué esperamos conseguir. Si se baja la expectativa, seguro que nos divertiremos y disfrutaremos más de nuestra actuación.
Respira hondo y lento
Muchos artistas salen a escena sintiendo las mismas dudas y nervios que sentimos y salen victoriosos del escenario. Es decir, si ellos pueden, ¡nosotros también!. No se trata de ser mejores que otros o de romper el récord de la respiración más lenta, hagámoslo a nuestro ritmo. Respiremos con todo el cuerpo, con el estómago y los pulmones. Tomemos conciencia de nuestra respiración, inhalamos y exhalamos lentamente mientras conseguimos un bienestar corporal. Esto nos ayudará a enfocar la atención en otra cosa.
Deja fluir la adrenalina
Para muchas personas puede ser mejor dejar fluir un poco de adrenalina, pero no demasiada. Si somos así, hemos de darnos un par de minutos antes de salir a escena para sentir todos esos nervios. Inmediatamente después, podemos saltar y sacudirnos el cuerpo desde una extremidad hasta la otra. Algo de movimiento puede ayudar a calmarnos.
Realiza una rutina de ejercicios antes de salir a Escena
Inventemos una rutina de ejercicios previa a la presentación y con el tiempo y la experiencia, mejoraremos. Los rituales pueden ayudarnos a superar el miedo escénico y mantenernos enfocados. Posteriormente, podemos calentar la voz, los dedos, la respiración o lo que se necesite.
Probemos con nervios, intentémoslo
Hemos de aprovechar todas las oportunidades posibles para hacer una presentación y plantarle cara al miedo escénico. Practiquemos con la familia, amigos, pareja o compañeros de trabajo. ¡Pongámonos nerviosos hasta que nos familiaricemos con ese sentimiento!. Por último, no podemos olvidar de celebrar al final de cada presentación y hacernos un regalo. Hemos logrado superar el miedo escénico. ¡Lo hemos logrado!. Sintámonos orgullosos por todas las cosas que salieron bien y por todo lo que aprendimos. Para finalizar, sería muy enriquecedor realizar un balance de lo positivo de la experiencia mientras descansamos y disfrutamos relajados.
ESCUELA MUSICAL ARMONÍA
Luis Fernando Martín-Tadeo Fernández